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"De estos Marcos Pérez hay muchos en Buena Vista"

"De estos Marcos Pérez hay muchos en Buena Vista" Por: Marta Hernández Casas
Ilustración Pedro Mendez

  ¿Cuántos Marcos Pérez y cuántos poblados en Cuba tienen el nombre de
Buena Vista?, el decir popular lleva a que todos los residentes en
demarcaciones nombradas así consideren que su localidad fue el lugar
donde el famoso personaje hizo y deshizo.   De aprobar el criterio
público  este señor era omnipresente o la Isla  estaba plagada de
hombres llamados así en un sin número de lugares.
  Tomo de referencia criterios y reseñas de nativos de Buena Vista,
municipio de Remedios en Villa Clara, considerados dueños absolutos del
referido caballero, con pruebas contundentes, proporcionadas por
Alberto Pacheco, quien lleva el orgullo de ser hijo de ese diminuto
pueblo
  Corrían los años 30 del siglo precedente y según cuentan vivió allí
un hombre nombrado Marcos Pérez, muy poco amigo del trabajo a pesar de
que ese tiempo era difícil para todos.
Su afán de buena vida y poco sacrificio lo llevó a buscar dinero de la
forma más fácil, o sea, se hizo un maestro en el arte de extraerlo de
bolsillos ajenos para llevarlo al propio, así también hacía suyo
cuantos animalitos de cuatro o dos patas se cruzaban en su camino.
  El modo  con que" trabajaba" lo hizo popular, sus aventuras, casi
siempre nocturnas eran comentario obligado en el pueblo cada amanecer,
y como reza el refrán "cría fama y acuéstate a dormir" cada vez que se
perdía algo, sin previa investigación policial se reconocía a Marcos
Pérez como culpable.
  Hasta las huidas de enamorados recaían sobre él. Recoge la historia
que un día una buena muchacha se perdió de su casa y los padres
indignados le exigieron al jefe de la policía que apresara al supuesto
raptor, a las 12 horas la niña regresó a su hogar con su novio, que
nada tenía que ver con el señor Pérez.
  Muñoz, fue nombrado como sargento de la guardia rural que en aquellos
tiempos significaba ser prácticamente el dueño del pueblo, el militar
se propuso acabar con el bandido y su fama en aras de lograr
estabilidad y paz en la zona bajo su égida.
  El cambio de mando llamó al orden por varios días a Marcos Pérez y
una tranquilidad perceptible inundó la pequeña demarcación. Pero... una
tarde, en el famoso bar de Baldomero que también prestaba servicio de
piscina y otras cosas, el señor bandido bebía tranquilamente una fría
cerveza.
  Casi entrada la noche un parroquiano con unos tragos de más chocó con
él y sin mediar  palabras se liaron a trompadas, el pretexto fue ideal
para conducir al elegante ladrón hasta el cuartel del pueblo. Allí
durmió toda la noche.
  Muñoz reía de felicidad,  por la hora habían pocas personas en la
calle y excepto de dos o tres hombres que tomaban en el bar nadie sabía
que el cuatrero estaba en chirona.
  Parecía que todo había terminado y el sargento se fue a casa
dispuesto a dormir una de sus más plácidas noches.
  Al amanecer la gran sorpresa dejó anonadado a todos. Más de 10
lugareños fueron a declarar ante la autoridad que esa noche Marcos
Pérez había robado sus animales y cosechas. Marcaje, propietario de una
finca a la salida del pueblo daba fe de haber visto al mismísimo
bandolero llevarse la mejor de sus vacas.   A este reclamo se sumó el
de Toribio que juraba una y mil veces que fue Marcos Pérez quien
arrastró desde su vara en tierra y hasta el caballo que montaba tres
sacos de carbón.
  Mientras tanto Felicia la Larga denunció como el malhechor le robó
toda su ropa interior que se secaba en la tendedera del patio.
  El sargento Muñoz no era hombre de andar con cuentos, ante tanta
confusión se levantó del buró, ajustó la pistola a la cintura fue hasta
el calabozo y sacó al timador que llevó del brazo hasta el portal del
cuartel donde los afectados se aglomeraban para oficializar sus
reclamos.
Mostró al reo aún soñoliento y luego de observar a los afectados
detenidamente y mirar despacio hacia el caserío, pronunció las palabras
que hoy ya son historia " de estos Marcos Pérez hay muchos en Buena
Vista".
mhc

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