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Llegó a tres millones y medio visitas a Complejo Che Guevara


   Bernhard Hofstter, procedente de Berna, Suiza, resultó hoy el visitantes tres millones y medio al Complejo Escultórico Ernesto Guevara, desde que esa obra fuera inaugurada hace casi un cuarto de siglo en esta ciudad.
   El turista europeo, de 52 años, declaró que se sentía dichoso de encontrarse en este lugar , durante su segundo viaje a Cuba, y de llegar hasta el Memorial que guarda los restos de un personaje legendario y respetado en el mundo.
   Susan Güther, alemana, y su esposo José Marcio Duarte, de Portugal, residentes en Brasil, organizaron el viaje a la Isla, para traer a la pequeña Sofía,  quien cumplió hoy cuatro años, en la misma fecha en la cual se celebra el natalicio del médico argentino-cubano, en su aniversario 85.
   Mayra Romero, directora de la institución, explicó que de la totalidad de los visitantes, más de un millón 991 mil proceden de otras naciones del mundo, principalmente Francia, Alemania, Inglaterra, Argentina y Canadá.
   El resto de quienes recorren lo recorren proceden de varias provincias cubanas,  con mayor presencia de Villa Clara, La Habana y Cienfuegos , agregó.
   Fue el 28 de diciembre de 1988 cuando se inauguró en Santa Clara un gran complejo monumentario en homenaje al Che,  quién durante la lucha de liberación comandó en esta ciudad una de las más decisivas batallas del Ejército Rebelde.
   La concepción artística del monumento estuvo a cargo del destacado escultor cubano José Delarra.
   El complejo monumentario es el fruto de tres proyectos diferentes: el monumento como tal,  la Plaza Ernesto Che Guevara y la Avenida de los Desfiles, integrados a través de una sola concepción general.
   En 1997 se creó allí el Memorial, donde fueron depositados en octubre de ese año los restos del Che y varios de sus compañeros caídos en Bolivia.
   La mayor cantidad de asistentes a este espacio histórico se computa desde la apertura del Memorial, para un promedio diario superior a las 800 personas, acotó Romero.
  Este recinto recuerda un campamento guerrillero, con paredes de mármol de caras quebradas,  semejantes a un farallón donde abunda la vegetación, mientras la llama eterna recrea una fogata al aire libre y en una de las paredes están los nichos, donde siempre hay una flor fresca.
 

 

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