Se engalana Villa Clara en espera del 26

   Orgullo y compromiso son los resortes que mueven a pobladores de Villa Clara, quienes engalanan comunidades y ciudades, en espera del aniversario 57 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
   Una bandera nacional y otra del 26 de Julio, de grandes dimensiones, se aprecian en la fachada del hotel Santa Clara Libre, inmueble que aún conserva los orificios del intercambio de disparos entre las huestes del comandante Ernesto Guevara y las del tirano, en 1958.
  Ambas enseñas simbolizan el espíritu que viven cada día los villaclareños en un inusual ajetreo de acciones de mejoramiento de edificaciones y pintura, con la austeridad que exigen estos tiempos.
   El boulevard, principal arteria comercial de la urbe se rejuvenece, quehacer matizado con el sonido de martillos, cucharas de albañil u otras herramientas con las cuales se devuelve lozanía a tiendas y  centros gastronómicos.
   Para el buen observador no falta una sorpresa cada mañana, banderolas de colores y adornos variados aparecen en calles de todo el territorio villaclareño, mientras quedan embellecidos centros de trabajo y estudio.
   En cada rincón  se advierte la alegría  de hombres y mujeres, por el reconocimiento a la provincia más estable, en sus resultados económicos y sociales durante los últimos 12 años.
   Destaca la laboriosidad  en empeños productivos, el estimulo a colectivos destacados y la convicción  de que lo más importante aún falta por hacer: producir más y con  mayor eficiencia.
   Todavío restan varias jornadas para la conmemoración del Día de la Rebeldía Nacional,  pero cada salida del sol sorprende a un pueblo dispuesto a hermosear desde las industrias, centros comerciales hasta las casas.
    Las miles de personas que habitan en el central territorio cubano se aprestan para  recibir la efeméride con la dignidad en alto, como las enseñas de la estrella solitaria y del 26 de Julio, que  ondean en las elevaciones del Capiro, en esta ciudad cabecera.