En Villa Clara: ¿vía al cuadrilátero?
En Santa Clara, ciudad del centro de Cuba, existe una singular vía en forma de cuadrilátero que rodea la principal plaza de la localidad y de la cual toma el nombre de Parque Leoncio Vidal.
La calle no se extiende más allá de sus cuatro lados, sin embargo resulta la más recorrida por naturales y foráneos, pues resulta la arteria principal del corazón de una urbe, habitada por más de 210 mil habitantes y una numerosa población flotante.
A partir de esta vía nace una decena de importantes calles que interrumpen su trayecto en ella y resurgen en el siguiente cruce con otro nombre, como por ejemplo sucede con la calle Colón que queda interrumpida por el acceso en cuestión para reaparecer como Luis Estévez.
De los cuatro lados, dos son peatonales y uno de ellos sirve de asiento a muchos vendedores de flores, en el otro par, existe circulación de vehículos, imprescindibles para facilitar el movimiento urbano en la ciudad.
En la singular arteria están asentadas muchas de las principales edificaciones de la tricentenaria urbe cubana y la plaza mayor, que comprenden el casco histórico, declarado Monumento Nacional el 15 de julio de 1999, en el aniversario 310 de la fundación de localidad.
Destacada resulta la presencia del hotel Santa Clara Libre, que con 55 años de existencia, líneas modernas y 11 pisos, señorea las alturas en un espacio donde abundan locales de los siglos XIX y XX, identificados por el estilo ecléctico, una de las imágenes que caracterizan a la localidad.
En una de las esquinas, el centenario teatro La Caridad exhibe las características de una arquitectura colonial basada en el neoclasicismo de su construcción, principal coliseo cultural de la urbe en cuyo escenario se presentan importantes figuras de las artes cubanas e internacionales.
La biblioteca Martí, inmueble imprescindible en el contexto, muestra su espíritu helénico y tipología ecléctica, impresiona positivamente por las bellas columnas, dos plantas y sobresalientes pórtico y frontón, decoración de frisos y la monumentalidad.
Servicios de gastronomía, comercio y recreación junto a instituciones culturales y educacionales completan el entorno de esta calle, sede de muchas de las celebraciones históricas y políticas de la ciudad.
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